Politica
Juicio político a la Corte: Los votos, el debate y la fractura opositora
Diputados aprobó en comisión la admisibiliad del proceso para destituir a los jueces.
El juicio político a los jueces de la Corte Suprema tuvo su prueba de fuego en la Cámara de Diputados y, gracias a la mayoría que el Frente de Todos tiene en la comisión, se prepara ahora para entrar en la etapa de recolección de pruebas. A viva voz, y tras un extenso y caldeado debate, el oficialismo logró aprobar, con 16 votos a favor y 15 en contra, la admisibilidad del proceso de destitución de los magistrados Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti. Abroquelados en defensa del máximo tribunal, los legisladores de Juntos por el Cambio buscaron mostrarse unidos presentando un único informe de inadmisibilidad al proceso, pero no tardaron en exponerse ciertas grietas internas. Y es que la Coalición Cívica, en soledad, presentó su propio informe de admisibilidad dirigido únicamente contra Lorenzetti.
Fueron casi ocho horas de debate en las que el FdT, por un lado, argumentó que había sobrados motivos para abrir formalmente la investigación por mal desempeño de los cuatro jueces. En el informe de admisibilidad aprobado se incorporaron, finalmente, los catorce pedidos de juicio político presentados -incluidos los dos de la CC-, aunque el bloque oficialista no descarta que algunas causales se vayan cayendo durante el proceso de recolección de pruebas. La estrategia de JxC, mientras tanto, fue machacar con que el oficialismo estaba encabezando una cruzada contra el Poder Judicial. “Le declararon la guerra a la Constitución”, se escandalizó Mario Negri. A unos metros, Rodrigo De Loredo (Evolución) optó, en cambio, por leer un discurso armado por un sistema de inteligencia artificial para explicar por qué el populismo quería controlar la Justicia.
Chats filtrados, contenidos de sentencias
La tensión sobrevolaba la sala 1 del Anexo de la Cámara de Diputados desde temprano. Ubicados en mesas enfrentadas, les diputades del FdT y JxC estaban desde las 11 a la expectativa de quién tiraría la primera piedra. Una cosa era segura: si bien el juicio político a la Corte había empezado oficialmente hace 20 días, la verdadera discusión comenzaría en este encuentro. Fue, finalmente, uno de los jefes de los bloques del medio quien abrió el fuego. Protagonista ya de varios cruces en las reuniones previas, Alejandro “Topo” Rodríguez arrancó el debate exigiendo convocar a un cuarto intermedio porque no había habido tiempo suficiente para leer el informe de admisibilidad. “Lo recibimos hace 48 minutos, esto no es hacerse el guapo porque tengo el número”, se quejó el jefe del Interbloque Federal. A unos metros, la espada de la Coalición Cívica, Juan Manuel López, asentía con entusiasmo. “Tiene que renovar la banca”, ironizaban desde el oficialismo.
Minutos antes, la presidenta de la comisión, Carolina Gaillard -que rechazó el pedido de Rodríguez-, había tomado la palabra buscando imprimirle al encuentro un tinte más formal y ordenado. “En los catorce pedidos promovidos se acumulan más de sesenta hechos que configurarían las causales habilitadas por la Constitución de mal desempeño y delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones. El tenor de las denuncias, de ser probadas, serían el preludio de una situación de extrema gravedad institucional que implica la ruptura de la armonía que se debe asegurar dentro de un régimen republicano y democrático”, señaló, leyendo una parte del informe de 79 páginas que incluía todas las causales por mal desempeño: inconstitucionalidad de la composición del Consejo de la Magistratura, fallo de coparticipación que benefició a la Ciudad de Buenos Aires, 2×1 a genocidas, chats entre Silvio Robles y Marcelo D’Alessandro, irregularidades en la obra social del Poder Judicial, entre muchos otros.
“Ustedes decidieron votar en paquete, me parece una mala decisión. Nos están llevando a votar en contra”, sostuvo, una vez comenzado el verdadero debate, Juan Manuel López. La CC había quedado en una posición incómoda: firmes opositores de lo que definían como “una avanzada del Gobierno contra la Corte”, las espadas de Elisa Carrió consideraban, en cambio, que sí había que avanzar en la destitución de Lorenzetti. Esta enemistad con el ex presidente de la Corte viene de larga data y llevó incluso a que se diferenciaran del resto de JxC -que había estado haciendo malabares para ofrecer una postura unificada- y presentaran su propio informe de admisibilidad en el que detallaban las acusaciones contra Lorenzetti. “No vemos contradicción en abrir un expediente de uno de los magistrados porque son causas previas y no sobre el contenido de sus fallos”, advirtió López.
Cumplido su rol de acusador de Lorenzetti, López -el vicepresidente de la comisión- pasó a fundamentar la postura de todo JxC: “Este juicio político constituye un alzamiento del Presidente y de un grupo de gobernadores. Se trata de un acto abiertamente destituyente porque intenta alterar el orden democrático”, cuestionó. Ya sobre el final, agregó: “La Corte es lo suficientemente independiente de todos”. “De nosotros al menos sí”, le respondió, a los gritos, el chaqueño Juan Manuel Pedrini (FdT).
Se sumó, luego, Mario Negri, quien dedicó 40 minutos de exposición a intentar refutar, punto por punto, cada una de las acusaciones a los miembros de la Corte Suprema. “Los jueces no han incurrido en delito o mal desempeño, las causas son dogmáticas y artificiales”, cuestionó el líder del radicalismo, mientras a su lado lo escuchaba, quieto, López.
Fue Leopoldo Moreau quien recogió el guante por parte del oficialismo. “¿Cómo la aplicación de un artículo de la Constitución va a debilitar la democracia? Al contrario, la fortalece. Sobre todo si es amenazada por un poder del Estado que pretende ponerse por encima de los otros. Ese es el golpe de Estado: la Corte Suprema se ha puesto por encima de las facultades del Poder Legislativo y Ejecutivo“, cuestionó, entre los aplausos de sus compañeros de bancada, y agregó: “Esta Corte se ha convertido en un cuarteto de fulleros que juegan al truco con la Constitución. Algunos tienen que reconocer que están actuando de abogados de cuatro fulleros que han llegado a un límite, que es que se quieren apropiar de la democracia”.
Una de las críticas más repetidas por JxC era que el oficialismo estaba juzgando a la Corte por el contenido de sus sentencias. Vanesa Siley fue una de las encargadas en responder: “¿En dónde podemos ver la comisión de un delito de prevaricato? Por definición, en una sentencia judicial. ¿Dónde podemos ver que un magistrado, en ejercicio de sus funciones, comete un error con consecuencias gravísimas? En una sentencia judicial. ¿Dónde se ve la falta de imparcialidad de un juez? En una sentencia judicial”, se puso a enumerar la diputada oficialista.
Las horas pasaban y, a medida que se iba haciendo cada vez más tarde, la sala se vaciaba y las paciencias se acortaban. Myriam Bregman (FIT) se cruzó con Juan Manuel López, Marcos Cleri (FdT) con Silvia Lospennato (PRO) y Karina Banfi (UCR), el propio presidente de la bancada oficialista, Germán Martínez, contra varios diputados opositores que habían picanteado al FdT.
Pasadas las 15, se pasó a votar la admisibilidad: 16 votos a favor (todos del oficialismo) y 15 en contra (de JxC y el Topo Rodríguez). Martínez no perdió oportunidad para apurar a JxC y su rechazo “in limine” al informe de admisibilidad: “En el informe que expresan su posición no están los expedientes de la CC, ¿eso quiere decir que esos dos expedientes no son refutables? ¿Cuál es la coherencia de este rechazo ‘in limine’ de todas las acusaciones y la no refutación de los otros expedientes?”, desafió, buscando exponer las diferencias internas de la coalición opositora.
Aprobada la admisibilidad de los expedientes, la comisión pasará ahora a la etapa más importante del proceso: la recolección de la prueba. El jueves próximo la comisión se volverá a reunir para definir un cronograma de trabajo y establecer cuáles serán los primeros testigos a comparecer. “Todos estamos en la búsqueda de un Poder Judicial independiente. Después en el proceso de prueba se verá cada grado de responsabilidad y habrá, o no, dictamen de acusación”, precisó Gaillard, ya irritada, sobre el final.
Página 12